Capítulo 4 – La Carta.
Hola:
No se tu nombre, sino lo escribiría, decidí escribirte, ya que no te he visto desde aquel día en el mercado, la verdad me interesa mucho saber quién eres, eres especial, nunca me había encontrado a una mujer como tú, de verdad que has activado mi curiosidad. Estos días sin verte no han sido igual, ya que no se mucho de ti, te contare un poco de mí, espero no aburrirte.
Nací en esta ciudad, crecí y aquí me quede, sé que no eres de aquí, no te vi hasta hace poco, mis padres me dijeron que debía trabajar para ganarme la vida, vivo solo ahora, y quiero ser un escritor, he hecho algunos cuentos y de vez en cuando escribo mis memorias, me gusta el color azul y las tardes de otoño, mi comida favorita es el espagueti verde que prepara mi abuela, siempre que la voy a visitar me prepara un poco, me gusta el sabor chocolate, y siempre he querido conocer España, esto es un poco de lo que soy y espero no aburrirte con esto.
Creo que te llamare la mujer que no se sorprende, ya que nunca he podido hacerlo, no se a que se deba eso pero descubriré la forma de sorprenderte y cuando lo logre al fin sabré tu preciado nombre, y quizá lograr ser tu amigo.
Bueno ya me despido esperando encontrarte pronto para que te de esta carta.
Con Cariño, John Anderson.
Esta era la pequeña carta que escribió John y una vez terminada la metió en un sobre azul, y fue a buscarla por la ciudad. Fue al parque donde solía sentarse, pero no estaba allí, fue al mercado pero no estaba tampoco, recorrió las calles de la bella León, Guanajuato, y solo encontró soledad, volvió a su casa cuando recordó que el día que estaba comprando en el mercado una señora la saludo, así que volvió a ir y encontró a la señora, y como quería ganar el reto que le había hecho, solo le dijo a la señora que le entregara una carta a esa mujer extraña pero intrigante nueva en el pueblo, y volvió a su casa.
Esa noche fue difícil dormir, pensando en si la leería, si volvería a ver a aquella mujer hermosa, si podría sorprenderla, cuando una sombra paso por su ventana y una idea muy grande le vino a la mente, tenía una forma de sorprender a la mujer que no se sorprende…
Al día siguiente al salir de su casa encontró una nota en su puerta, y decía:
“Gracias por la carta, te veo esta tarde en el parque”
ATTE
La mujer que no se sorprende, jejejeje
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